jueves, 30 de julio de 2020

Comienza el ensamblaje del reactor ITER





El martes 28 de julio, en acto formal realizado en su emplazamiento al sur de Francia, comenzó la fase de ensamblaje del megaproyecto de Reactor Experimental Termonuclear Internacional.

Eclipsada por las noticias de la pandemia y la crisis económica que se avecina, la noticia no alcanzó -como hubiera sido justo- la primera plana de los diarios. Sin embargo, es sin dudas la más importante en lo que va del siglo.

Hay dos razones que avalan esta afirmación. La primera es científica. El éxito de esta iniciativa significaría terminar por varios siglos con el problema del abastecimiento energético y los límites que impone al crecimiento de la economía la limitación existente hoy en este aspecto.

La manipulación del átomo comenzó con su “ruptura”, la denominada fisión nuclear. Su hito inicial fue bélico, la bomba de Hiroshima. El concepto básico en este proceso es que al producirse la ruptura de átomos pesados -por ejemplo, el Uranio-, se libera una gigantesca cantidad de energía acumulada en la materia, que puede ser utilizada para muchos fines. Entre ellos está el de la explosión nuclear, pero también las usinas generadoras de electricidad y varias aplicaciones médicas.

Sin embargo, tiene un problema de origen: los residuos. La ruptura de los átomos pesados libera energía, pero también dejas desechos que tardan miles de años en descomponerse y mientras tanto, son contaminantes radioactivos. Eso no es ninguna buena noticia para la humanidad ni para el planeta.

Sin embargo, existe otro procedimiento que en lugar generar energía con la ruptura de átomos pesados, lo hace con la fusión de átomos livianos. El hidrógeno es el principal elemento, que presionado a temperaturas cercanas a las del núcleo solar -requiere 150 millones de grados centígrados- y a enorme presión, forma un átomo más pesado, el Helio, liberando al hacerlo una cantidad de energía superior a la obtenida por el método de la fisión.

El problema en este proceso no es el de los residuos -que no existen, o mejor dicho, existe pero es el agua- sino la dificultad en lograr semejantes niveles de temperatura y presión, y luego de controlar la energía producida. Puede conseguirse hacer una bomba de hidrógeno -más poderosa que la de Uranio, que de hecho se utiliza para lograr la presión y temperatura necesaria para el proceso de fusión del hidrógeno-, pero la energía se libera en forma abrupta y descontrolada.

El proyecto ITER justamente tiene como finalidad lograr la generación de energía con el uso controlado de la fusión nuclear, lo que conlleva un costo gigantesco.

Si el proyecto logra éxito, asumirá el papel de “prueba piloto” para replicarse de inmediato en cualquier lugar del mundo. El costo calculado de cada uno de estas réplicas no superaría -según los cálculos- el de una planta de energía nuclear tradicional, pero sin todos los costos adicionales en seguridad, desechos y ambientales que son inherentes a estas últimas.

Llegamos aquí a la segunda razón por la que esta noticia debería ser destacada: la cooperación internacional. Para poner en marcha un proyecto científico de estas dimensiones -y por que no decirlo, también de relativa incertidumbre sobre su éxito- se conformó un consorcio de 35 países, integrado por la Unión Europea -Francia es el país anfitrión- con más el Reino Unido, Suiza, Estados Unidos, China, Japón, Rusia, India y Corea del Sur.

La sola mención de sus nombres califica la esencia cosmopolita de la iniciativa. Por encima de todas las diferencias y enfoques sobre todo, más allá de los alineamientos geopolíticos y los juegos de poder, el proyecto ITER puede ser definido como el mayor desafío tecnológico del género humano.

Y ha comenzado a ensamblar sus piezas.

Deberíamos festejarlo todos como una ventana al futuro de una humanidad trabajando en conjunto en su propia superación. Si la pandemia y la economía nos impiden la euforia, tal vez reflexionando sobre lo que la humanidad puede lograr trabajando en conjunto podría ser un bálsamo para superar los dramas del presente.


Ricardo Lafferriere


Fuente de divulgación: “Assembly begins on ITER, a massive scientific projet that seeks to replicate the sun's fusion power here on Earth”, Jeff Berardelli en “https://www.cbsnews.com/news/iter-assembly-begins-nuclear-fusion-sun/


Fuente científica: Curso Básico de Fusión Nuclear (en .pdf). Kevin Fernández-Cosials y Alfonso Barbas Espa – en https://drive.google.com/file/d/0B2AKrfDS5CXnUjNQWHR4RzNKbGM/view


LIBRO DE DIVULGACIÓN SUGERIDO


Osvaldo Faverón Patriau

NUEVAS FORMAS Y APLICACIONES DE ENERGÍA
FISIÓN NUCLEAR - MAGNETPLASMA - MAGNETISMO




Los esfuerzos en generar nuevas formas de energía se verán reflejados en el cambio climático y en el crecimiento de la energía limpia. Todo esto tendrá un impacto económico, puesto que el empleo de nuevas fuentes de energía y su empleo positivo en el mundo liberará al mundo de los efectos negativos de la energía no limpia.
El mundo cambia, y junto con él, viene el desarrollo de la energía; vemos como los ingenieros no se conforman con hacer las cosas mejor, ahora se esfuerzan por hacerlo mejor y diferentes. Esa nueva visión de lo que se debe de hacer impulsa una auténtica revolución en la concepción de cómo obtener energía y de las múltiples maneras como esta puede ser utilizada.
El mundo se mueve con energía, y la forma como la estamos obteniendo, y de cómo la podríamos obtener, cambiará el futuro de la humanidad, alejándonos del desastre ecológico y nos llevará por el sendero de la híper tecnología logrando el equilibrio entre la naturaleza y nosotros. Esto no será un camino lleno de riesgos, porque ir por donde nadie ha ido siempre es peligroso.
Muchos grandes científicos están recorriendo este fututo inmediato que se nos presenta empleando muy diferente senderos, aunque buscan el mismo norte. La humanidad necesita de este nuevo tipo de exploradores científicos, de estos Indiana Jones de laboratorio.
Las nuevas aplicaciones que estamos encontrando a la energía se verá reflejado en nuestro estilo de vida, de hecho la forma como interactuamos con el mundo tenderá a hacerse más amigable. Nuevos modelos de autos y de vehículos en general parecerán en nuestro entorno, cubriendo bajo sus chasis una variedad de nuevas tecnologías, que harán el mundo mucho más accequibles a todos.
El aprovechamiento de la fusión nuclear, por ejemplo, tendrá implicaciones enormes en nuestra interrelación con el mundo, los avances tecnológicos, la exploración espacial, el aprovechamiento de nuevas fuentes de recursos nos llevarán a tener una nueva perspectiva de la economía mundial, cuyas consecuencias son muy difíciles de definir. Sin embargo, toda este «nuevo mundo» ya se nos está viniendo encima, aunque muchos aun no lo perciben, sobre todo en los países menos desarrollados; allí se cree que el cambio del mundo como lo conocemos aun demorará, sin embargo, eso no ha de ser así, el cambio en un mundo tan globalizado será mucho más rápido de lo que muchos descuidadamente creen.
Estamos ante un mundo, que poco a poco, se está perfeccionando en encontrar utilidad a todo, incluso a los desechos, por tanto, la solución tiene replicas mucho más impactantes de lo que se piensa; pues, se combate la falta de energía y se aminora el impacto ambiental simultáneamente.
Sin embargo, hay que tener cuidado de todas las personas sobre las que no se podrá ejercer control alguno, por tanto, un nuevo poder está surgiendo en el mundo, uno ya no concentrado en estados, ni siquiera en corporaciones, será uno que podría estar en manos de personas, individualizadas, y por tanto, difíciles de controlar.
Es interesante ver como cada día surgen nuevas alternativas sobre cómo generar, ahorrar o aplicar la energía, es como avalancha que viene por muy distintos grupos de científicos; esto es una clara señal de como nuestra capacidad para crear tecnología se está acelerando. Esperemos que el mundo sepa como controlar todo este nuevo mundo que se nos viene encima.
Fusión nuclear, energía eólica, energía solar; tal vez a grandes rasgos esto no sea novedad pero si lo es la forma novedosa como esta es captada, muchas veces utilizando drones y otros nuevos e ingeniosos dispositivos.
Es sin duda en el transporte donde toda esta variedad de energía se ve reflejada, allí los carros eléctricos, los carros movidos por hidrógeno, o por energía solar e incluso por agua son una prueba de lo que digo. El hiperlook es una prueba de lo que la ingeniería está poniendo a nuestro servicio, abaratando costos y maximizando la velocidad, usando métodos llenos de ingenio. Bienvenidos.

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MUY BUENA OBRA

Michael Claessens

ITER: THE GIANT FUSION REACTOR
Bringing a Sun to Earth




This book provides for the first time an insider’s view into ITER, the biggest fusion reactor in the world, which is currently being constructed in southern France.

Aimed at bringing the “energy of the stars” to earth, ITER is funded by the major economic powers (China, the EU, India, Japan, Korea, Russia and the US). Often presented as a “nuclear but green” energy source, fusion could play an important role in the future electricity supply. But as delays accumulate and budgets continue to grow, ITER is currently a star partially obscured by clouds. 

Will ITER save humanity by providing a clean, safe and limitless source of energy, or is it merely a political showcase of cutting-edge technology? Is ITER merely an ambitious research project and partly a PR initiative driven by some politically connected scientists? In any case, ITER has already helped spur on rival projects in the US, Canada and the UK. This book offers readers a behind-the-scenes look at this controversial project, which France snatched from Japan, and introduces them to a world of superlatives: with the largest magnets in the world, the biggest cryogenic plant and tremendous computing power, ITER is one of the most fascinating, and most international, scientific and technological endeavours of our time.   







miércoles, 29 de julio de 2020

PRESENTACIÓN



El cambio que estamos presenciando en la realidad es global, sistémico y asincrónico.


Atrás quedó el interrogante sobre su natureza. ¿Está basado en la realidad o conforma un simple fenómeno epistemológico? En otras palabras ¿existe el cambio realmente, o sólo nos parece que todo cambia por la enorme cantidad de información que antes no poseíamos y ahora sí, sobre los distintos procesos de la realidad?

A esta altura, la respuesta es clara: el cambio existe.

Cierto es el acelerado incremento de instrumentos de observación y medición de lo muy pequeño y de lo muy grande que pone en nuestras manos conocimientos de realidades que existían sin que los seres humanos siquiera las percibiéramos. Pero... más allá de estos instrumentos, y también probado por ellos mismos, la dinámica del cambio es apabullante.

En lo pequeño, la dinámica de la realidad cuántica en las dimensiones espaciales y temporales cercanas a su límite aún sigue sorprendiendo, a pesar de haber sido profundizada durante todo el siglo XX y utilizada en la vida práctica para el desarrollo de infinidad de objetos que cambiaron la vida humana, desde los sensores fotoeléctricos hasta los sistemas integrados, los celulares y los viajes espaciales. El sistema de posicionamiento global (GPS), la Inteligencia artificial y la propia Internet son apenas una muestra de un proceso que comienza recién a acelerarse exponencialmente.

En lo grande, el creciente conocimiento -y ampliación de las incógnitas aún no conocidas- sobre la naturaleza, límites y expansión del universo impide terminar de colocar las piedras que faltan en los cimientos de la comprensión del funcionamiento de la realidad. El obsesivo ocultamiento con que la gravedad cuántica resiste mostrar sus cartas hace que la “teoría del todo” siga siendo borrador y aún que el “modelo standard”, con todas las pruebas que ha pasado, siga siendo un supuesto incompleto.

En la práctica, el “cutting edge” de la ciencia y la tecnología termina desarrollándose aún sin comprenderse cabalmente por qué pasan las cosas en lo más profundo de su esencia. Solo se sabe que haciendo determinadas cosas, pasan otras. Pero también se asume que pasan cosas sin que podamos preverlas, solo generadas por la aleatoriedad y la dinámica en el fondo caótica de la realidad compleja.

Es tradicional mantener a estas reflexiones en el campo de la filosofía, o incluso de las ciencias duras. Curiosamente, las ciencias sociales son las que menos se detienen a reflexionar sobre los límites de sus conocimientos y consecuentes predicciones.

La consecuencia es inexorable: cada vez se pueden prever menos los rumbos que tomará la realidad. La ciencia social más desarrollada, la economía, es una demostración cabal de sus límites.

Un ejercicio práctico lo demostrará crudamente: analizar los diagnósticos y pronósticos aceptados como verdades sólidas en algún momento del último medio siglo y comparar las previsiones con lo que luego realmente pasó. En muy pocas ocasiones esas predicciones se cumplieron.

No obstante, el sistema sigue realizándolas, mostrando una característica inherente a la condición y a la sociedad humana: su necesidad de paradigmas interpretativos de la realidad, aunque se sepa de antemano que no funcionan.

No son temas menores. Son creencias que afectan la vida -y la muerte- de millones de personas. Los totalitarismos del siglo XX fueron en este sentido el extremo, pero no los únicos. Nadie puede sostener que los millones de alemanes que respaldaron a Hitler lo hicieron sin estar convencidos que estaban construyendo una sociedad mejor. Ni hablar de los cientos de millones que respaldaron las experiencias del “socialismo real”. Los doscientos millones de muertos que entre uno y otro provocaron no sólo a sí mismos sino al resto de la humanidad fueron el saldo fatal de estas creencias.

Ambas experiencias parecían responder a construcciones “científicas” y así pretendían serlo. La búsqueda de la pureza de la raza aria, en un caso. La sociedad igualitaria construida por “la clase obrera”, en el segundo.

En ambos casos, la herramienta práctica fue la misma: la utilización del Estado en forma coercitiva para alinear la conducta de las personas. En ambas, el objetivo parecía no sólo entusiasmante sino lógico, apoyado en afirmaciones, hechos y razonamientos que se consideraban social y hasta "científicamente" aceptados. Por no hablar del florecimiento insurreccional de los años 60 y 70 del siglo XX, con justificaciones teóricas y ejemplos “heroicos” que con los paradigmas interpretativos aceptados mayoritariamente hoy no fueron más que aventuras en muchos casos criminales.

La persistencia de esas convicciones, aún luego de haber mostrado sus demoníacos resultados, resulta tan obsesiva como el ocultamiento del evasivo “gravitón”. Aunque suene ajeno a cualquier lógica, aún hoy siguen teniendo convencidos sostenedores, como los creyentes en la tierra plana. Claro que mucho más peligrosos, porque siguen poniendo en riesgo -o directamente, segando- la vida de personas.

Los ejemplos son extremos, pero aunque ubicados en las zonas terminales del eje “ideológico” del entendimiento humano, están unidos por un hilo que atraviesa todas las zonas intermedias, no sólo desde Kim Jong Un hasta Maduro o desde Trump a Putin, sino por populismos de diversas “ideologías”  (sea lo que fuere que ésto quiera decir) y aún dirigentes que llegan al poder por elección mayoritaria pero que aceptan con naturalidad la posibilidad de usar el poder más allá de los marcos y limitaciones legales. Tal vez Turquía pueda ser mostrada como un ejemplo, al igual que Nicaragua, Cuba, Irán o la propia Argentina.

Estas reflexiones desembocan en la necesidad de un esfuerzo intelectual, abierto y fresco, para entender las características del cambio rápido y asincrónico que vive hoy la humanidad. Abarca, como vimos, a la ciencia y el conocimiento. Pero también a las ideas, a las tecnologías y a la comprensión del funcionamiento social.

Este blog se moverá en ese marco. Formulará proposiciones. Alentará los debates respetuosos y francos. Estará dispuesto a aceptar visiones y opiniones diferentes y esperará similar disposición.

Aspira a ser simplemente un pequeño aporte a la comprensión de este polifacético cambio global que nos está tocando atravesar.


Ricardo Lafferriere                  

Buenos Aires, julio de 2020     

 

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LAS CLAVES DEL MUNDO ACTUAL

Juan Avilés - Rosa Pardo - Isidro Sepúlveda



La acelerada sucesión de acontecimientos que cada día anuncian los medios de comunicación nos crea una sensación de caos: la agitación en superficie nos impide ver las tendencias de fondo. Este libro ofrece unas claves de interpretación que permitan comprender, más allá de los sucesos, las grandes líneas de la transformación que está experimentando el mundo desde aquella noche de noviembre de 1989 en que la caída del Muro de Berlín pareció marcar el inicio de una nueva era. El desarrollo económico y el desarrollo humano, la transición demográfica y la afirmación de los derechos de la mujer, el avance de la democracia y la persistencia del autoritarismo, la guerra y la paz, la educación y la ciencia, el medioambiente y el ciberespacio son algunos de los grandes temas que se exploran en la primera parte del libro. La segunda se centra en las grandes áreas del mundo actual: Rusia, Asia oriental, India y Pakistán, Oriente Medio y Norte de África, África subsahariana, América Latina, Estados Unidos y Europa. Esta nueva edición aborda la inquietante situación actual, marcada por el avance del autoritarismo en países como Rusia y Turquía, el ascenso de China como gran potencia, las tensiones internacionales generadas por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la decisión británica de abandonar la Unión Europea. Juan Avilés, Rosa Pardo e Isidro Sepúlveda son respectivamente catedrático y profesores titulares de Historia Contemporánea en la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
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Patriotismo frente a agenda globalista
UN MUNDO QUE CAMBIA
César Vidal



El 26 de diciembre 1991, tuvo lugar un hecho de extraordinaria importancia en la Historia universal.  Se trató de la disolución de la Unión Soviética, un acontecimiento de enormes repercusiones que pocos habían previsto.  A decir verdad, sólo el historiador Andrei Amalrík  y el premio Nobel Alexander Solzhenitsyn , disidentes rusos, habían tenido el valor y la visión para anunciar que semejante seísmo tendría lugar.  Aunque es indiscutible que la Guerra fría concluyó, no son pocos los que pretenden seguir analizando la situación actual del globo desde la perspectiva de un período histórico que terminó hace  cuatro décadas.  Pretender comprender el presente con paradigmas de la Guerra fría - incluso con los de izquierdas y derechas - constituye una equivocación de consecuencias perjudiciales.  La Historia ha seguido avanzando y al igual que habría constituido una necedad pretender comprender la Europa de finales del siglo XIX sobre lo que fue la vida de Napoleón, destronado definitivamente en 1815, es absurdo, e incluso ridículo, entender nuestro mundo sobre la base de la Guerra fría.  Nuestro mundo ha seguido cambiando desde 1991 y lo que resulta aún más relevante es que ese conjunto de cambios es constante e implica desafíos colosales con los que nunca antes ha tenido que enfrentarse el género humano. Lejos de ser la democracia y la libertad realidades que se imponen de manera casi natural, lo cierto es que se encuentran más amenazadas que nunca y que esa amenaza no sólo es externa sino, en buena medida, también interna. Un mundo que cambia es un intento de explicar que es verdaderamente la democracia y su fragilidad, y que es la agenda globalista, la cual amenaza a el patriotismo y la continuidad de la misma democracia.
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EL GREEN NEW DEAL GLOBAL

Jeremy Rifkin





Si bien el Green New Deal se ha convertido en una sensación de la noche a la mañana dentro de los círculos activistas, también está ganando peso como movimiento paralelo dentro de la comunidad empresarial global y va a sacudir los cimientos de la sociedad en los próximos años. Los sectores clave que conforman la infraestructura de la economía mundial se están desvinculando rápidamente de los combustibles fósiles y están apostando por las energías solar y eólica. Asimismo, estudios recientes han dado la voz de alarma sobre la posibilidad de que el abandono de las viejas energías del siglo XX por las nuevas energías verdes más baratas del siglo XXI dé lugar a un billón de activos varados, creando así una burbuja de carbono que probablemente explote en 2028 y que llevaría al colapso de la civilización de los combustibles fósiles.

El mercado ya está dando señales de dicho cambio y cada gobierno tendrá que seguir al mercado o enfrentar las consecuencias. Los gobiernos que lideren la ampliación de una nueva infraestructura verde con cero emisiones de carbono y creen nuevas oportunidades de negocio, así como el empleo que las acompañan, se mantendrán a la vanguardia. Los demás estarán condenados.

La concurrencia de una burbuja de activos de combustibles fósiles varados y una nueva visión política en clave verde abre la posibilidad de un cambio de paradigma global masivo hacia una era ecológica post-carbono. Todo ello con la esperanza de impedir a tiempo que un aumento de la temperatura del planeta nos lleve al borde del colapso por el cambio climático.


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Y EL IMPRESCINDIBLE:



EL PLANETA INHÓSPITO
La vida después del calentamiento

David Wallace-Wells





Una vez hemos reconocido que nuestro mundo llega a su fin, ¿qué podemos hacer?

Este sobrecogedor relato de cómo estamos precipitando el planeta hacia su Armagedón nos descubre amenazas inimaginables hasta en nuestras peores pesadillas.

Es peor, mucho peor, de lo que imaginas.

Hoy, la subida del nivel del mar es una causa de alarma generalizada entre aquellos que ya han abandonado el sueño pernicioso de que el calentamiento global es un mito. Sin embargo, no es ni siquiera la punta del gigantesco iceberg de horrores inimaginables que amenazan la vida en la Tierra: incendios, huracanes, sequías, inundaciones... Todas estas inquietantes manifestaciones del cambio climático, ya recurrentes para millones de personas, son solo un adelanto de lo que está por llegar: hambrunas, plagas, un aire irrespirable, migraciones cada vez más masivas, el colapso económico e incluso conflictos armados globales.

Con una precisión y una lucidez que estremecen, David Wallace-Wells construye el relato caleidoscópico de las consecuencias que tendrá, tan solo dentro de una generación, nuestra impasibilidad ante la crisis ecológica. Incidiendo con crudeza en cómo hemos fracasado al imaginar y, ante todo, promulgar un mejor porvenir, El planeta inhóspito nos transporta a un futuro inminente y nos sirve la reflexión definitiva de cómo hemos devastado nuestro propio hogar; todo ello en clave de una ferviente y aún más apremiante llamada al cambio.

Reseñas:
«Aunque estos días no tengo la concentración necesaria para leer otra cosa que no sean noticias, he pensado constantemente en este libro, que advierte sobre las devastadoras consecuencias del calentamiento global, un proceso que ya comenzó. Las pandemias son una de ellas, así como la escasez de agua, las hambrunas, el colapso económico. Si no cambiamos nuestra depredadora relación con la naturaleza, este horroroso capítulo que estamos viviendo es apenas el preludio de lo que nos espera.»
Liliana Colanzi, Babelia ("Lecturas para la cuarentena")

«Un antes y un después en todo lo que se ha escrito del cambio climático.»
Carlos Fresneda, El Mundo

«Un libro que tenemos que leer si no queremos que nuestros nietos nos maldigan.»
Timothy Snyder

«Un libro penetrante, que a la vez me da miedo y esperanza sobre el futuro.»
Jonathan Safran Foer

«David Wallace-Wells ha generado intencionadamente una sobrecogedora polémica, a caballo entre los estilos de Stephen King y Stephen Hawking. Este libro te coge totalmente desprevenido y te ahoga en un río desbordante de prosa increíblemente lírica que te convence de la inminencia del Armagedón. Vehemente y perspicaz, describe los horrores de la extinción de nuestra especie con un entusiasmo escalofriante y llega a nuestras manos justo en el momento de mayor urgencia. Espero que todo el mundo lo lea y sienta pavor.»
Andrew Solomon

«David Wallace-Wells sostiene que el impacto del cambio climático será mucho más grave de lo que piensa la gente, y está en lo cierto. Una obra tan oportuna como estimulante.»
Elisabeth Kolbert

«Fascinante, terrorífico, propicia una lectura frenética. Este libro es posiblemente el testigo más completo hasta la fecha sobre cómo el cambio climático va a transformar todos y cada uno de los aspectos de nuestras vidas, desde donde vivimos hasta lo que comemos, pasando por las historias que contamos. De obligada lectura para comprender un mundo que cada vez nos es más extraño e impredecible.»
Amitav Gosh

«Es un libro que tenemos que leer si no queremos que nuestros nietos nos maldigan.»
Timothy Snyder

«Una advertencia: cuando los científicos concluyen que el peor de los casos previstos para el calentamiento global no era más que optimismo injustificado, quizás es hora de alarmarse. Al menos, esa fue mi reacción cuando terminé de leer este brillante e implacable análisis de Wallace-Wells sobre una pesadilla que nos acecha, pues no se enmarca en un futuro lejano, sino en un presente caótico y apremiante.»
Mike Davis

«Una descripción rigurosa y lúcida de una crisis sin precedentes y de los mecanismos de negación a los que recurrimos para evitar reconocer su preocupante e innegable existencia.»
William Gibson

«El planeta inhóspito es el libro más terrorífico que he leído jamás. Su tema es el cambio climático y, sus métodos, científicos, pero la epicidad de su tono recuerda a la grandeza del Antiguo Testamento. El autor se ha documentado meticulosamente y organiza un horripilante viaje a través de un paraje que concentra las catástrofes que pronto van a engullir nuestro planeta a medida que se calienta.»
Farhad Manjoo, The New York Times

«Potente y evocador. Wa

La revolución de los "nuevos materiales"

  Grafeno La gran revolución del siglo XXI que no aparece en las novedades de primera plana es la del creciente desarrollo de la ciencia de ...